En The Prompt Academy nos pasamos la vida digital viendo usos de prompts. Así nos mantenemos al tanto de las últimas técnicas, capacidades... y también tendencias. No, no les vamos a mostrar como convertirlos en ilustraciones tipo Ghibli. Pero nos topamos con algo mágico y queríamos mostrárselo. Era un dibujo hecho por una niña, convertido en ilustración con la generación de imágenes de ChatGPT.

Así que decidimos probarlo.

¿El problema? Mi hija tiene sólo 3 años. Todavía no sabe dibujar pájaros.

El experimento

Tomamos el último dibujo de mi hija, que dijo era un pájaro. Le sacamos una foto, y nos fuimos directo a ChatGPT con funciones de imagen. Lo importante es que no queríamos solo “mejorarlo”. Queríamos que lo respetara lo más posible.

Prompt:

Este es el dibujo de mi hija de 3 años. Me dijo que era un pájaro. En la mañana cuando la iba a dejar al colegio, nos fijamos los dos en un pájaro que estaba en la mitad del camino. ¿Puedes convertirlo en una ilustración para niños? Intenta conservar sus proporciones e imperfecciones.

El resultado: hermoso. Me hizo darme cuenta de detalles en el dibujo original que antes no había visto.

Lo que aprendimos

A convertir lo feo en icónico. Lo torcido en memorable. Y a usar la IA no solo como herramienta, sino como un colaborador que escucha. Porque si le pides que “mejore” el dibujo, lo va a normalizar. Lo va a matar de corrección.

Pero si le cuentas un poco más, para que entienda el corazón del dibujo —la emoción original— puede hacer algo extraordinario: amplificar lo imperfecto.

Y así lo entendimos: esto no es un simple uso creativo. Es una pequeña revolución estética. Una forma de enseñarle a la IA a no corregir, sino a celebrar lo raro, lo ingenuo, lo valiente.

Bonus: el prompt que cuenta historias

Porque si ese dibujo tiene tanto poder, imagina lo que pasa si además le pedimos a la IA que invente una historia a partir de él. Que nos cuente de dónde viene ese pájaro. Por qué tiene cara de loco.

Prompt:

Imagina que este dibujo infantil es la portada de un libro. Inventa una historia a partir del personaje que aparece allí. Tiene que tener el tono de un cuento para niños, con un inicio, desarrollo y final. Que sea absurda, tierna y mágica. No corrijas el diseño del personaje: su rareza es parte de la historia. Incluye al mago Tsaubi.

El resultado es un cuento que se ajusta muy bien a la ilustración, coherente:

Había una vez, en un rincón escondido del mundo donde los colores eran más vivos y las nubes sabían a merengue, un pájaro extraño llamado Lopito. No tenía plumas normales ni alas simétricas. Una le salía en curva como espiral de caracol, y la otra parecía una hoja de árbol enredada con un hilo. Nadie sabía bien cómo se sostenía en el aire, porque cuando intentaba volar… ¡se iba hacia adentro!

¿Y el mago Tsaubi? Es el personaje que desarrollamos con mi hija.

Nos llama la atención de este caso de uso la capacidad que nos da la IA de complementar la imaginación. Su memoria superior nos puede ayudar a dar continuidad en el tiempo a las fantasías de nuestros hijos (y las nuestras...). Podemos ser explícitos en que queremos conservar las imperfecciones, que creemos lo saca de lo genérico y le otorga un valor único.

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